¿La reflexión de las TIC en la educación, en la agenda docente?

Debido a la categorización del mundo contemporáneo como “sociedad del conocimiento” desde el discurso oficial donde las TIC se revelan como procedimientos ineludibles de gestión de la información para consumo y producción del conocimiento, los modelos de enseñanza vigentes en las prácticas educativas de las instituciones escolares comienzan a ser interpeladas.

Cada vez con  mayor fuerza se exige a la escuela un cambio fundamental en su cultura educativa, en el sentido que centre su esfuerzo en desarrollar en los alumnos determinadas capacidades de aprendizaje y no tanto en la enseñanza del conocimiento. En otras palabras: que del modelo de la enseñanza de conocimientos se pase al modelo del aprendizaje de competencias.

Para el sentido común esta demanda resulta lógica y legítima si se asume que la masificación del internet pone a la información y el conocimiento al alcance de la mano o del teclado de todos y por lo tanto lo que se necesita es que se aprenda a gestionar la información para el consumo y la producción de conocimiento pero especialmente porque internet alberga en su seno tanto meras conjeturas como rigurosos conocimientos científicos siendo fundamental -por lo tanto- saber clasificar y jerarquizar la información y el conocimiento que circula por la red de redes.

Si aceptamos esta descripción de la realidad social contemporánea y estas regulaciones pedagógicas consecuentes que prescriben a la tarea docente centrarse en el aprendizaje, nos preguntamos: ¿Desde nuestra condición de mediadores del conocimiento en el proceso formativo, no corremos el riesgo de convertirnos en meros gestores de procedimientos de aprendizaje y de irnos progresivamente apartando de la enseñanza del conocimiento?. ¿Acaso el conocimiento escolar se debería reducir al conocimiento de estrategias de aprendizaje; es decir al “cómo” y no al “qué”?

Considero que estas preguntas deberían estar en la agenda de los educadores como un modo de posicionamiento crítico frente a ese gran movimiento global que se expresa como “Las TIC en la educación”

Cuestionar las TIC en la educación no significa negarlas, sino preguntar por su sentido en la formación de nuestros alumnos.

Como sujetos críticos de este proceso de transformación educativa-tecnológica, no deberíamos soslayar en estos momentos el cuestionamiento de esta cultura que viene instalándose progresivamente en la vida cotidiana escolar. No deberíamos hacerlo porque en ello se juega el estatuto del saber docente, cuya reflexión debería estar alejada tanto de la actitud corporativa como de las tendencias pseudo-neutrales o adaptativas a la nueva dinámica social por influjo de las TIC.

Si lo expresado adquiere legitimidad en su interpretación por parte de quienes nos dedicamos a la docencia, tal vez lleguemos a formularnos preguntas como:

¿Cuáles serían las consecuencias para los niños y jóvenes si los docentes nos convertimos en meros gestores de competencias y estrategias de aprendizaje?. ¿Qué consecuencias para nuestros alumnos se producirían si los profesores no realizamos nuestro mayor esfuerzo para que los mismos desarrollen capacidades o competencias para el aprendizaje?. ¿Sabremos lograr un equilibrio entre el aprender competencias y el enseñar conocimientos sin caer en posicionamientos antagónicos?. ¿Por qué aprender o enseñar y no más bien aprender y enseñar?

Anhelo que esta reflexión pensada desde el aula y los pasillos por donde circulamos los profesores del ISFD Nº 6 pueda provocar algún comentario afín o adverso más no indiferencia.

                       Luis Germán Román

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