Ocurrió el 16 de septiembre de 1976

Nora Ferreyra, referente de la Red por Derecho a la Identidad en Jujuy, nos hizo llegar este escrito sobre el caso conocido como “La noche de los lápices” para que compartamos con nuestros amigos lectores, aunque especialmente dirigido a quienes estamos vinculados de alguna manera con la educación. Están invitados a realizar comentarios.

La Red Por Derecho a la Identidad Jujuy, conmemora los 35 años de la trágica noche acaecida el 16 de setiembre de 1976, adonde un grupo de estudiantes de 15 a 18 años, en su mayoría militantes de la Unión Estudiantil Secundaria (UES) que demandaban en la ciudad de La Plata el boleto escolar Secundario, el cual había sido suprimido por el gobierno militar.

Se conoce como la Noche de los lápices a la desaparición y tortura, durante la dictadura conocida como Proceso de Reorganización Nacional en Argentina, de diez jóvenes estudiantes.

En esa noche, los estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro. 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra «el accionar subversivo en las escuelas».

Este suceso fue uno de los más representativos dentro de la represión impuesta por la dictadura cívico militar argentina, ya que las desapariciones se realizaron sobre estudiantes, en su mayoría, menores de edad. Pablo Díaz, afirma que el boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios en septiembre de 1975, fue suspendido en agosto de 1976 con la intención de detectar, mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes (a quienes llamaban «potenciales subversivos») en cada escuela e ir a buscarlos.

 

El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz (uno de los sobrevivientes) en el Juicio a las Juntas. Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.

 


El testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, ha sido fundamental para la reconstrucción y denuncia de estos hechos. Como así también para los juicios de Robos de Bebe de Abuelas de Plaza de Mayo.

En la actualidad los juicios que se llevan a cabo de Abuelas de Plaza de Mayo por los robos de bebes, el sobreviviente de la noche de los lápices, “dijo que como eran los más chicos, los secundarios de 15 o 16 años, les dieron el trabajo de cuidar a las embarazadas del centro clandestino.

Cuenta Pablo en los juicios “Cuando cerraron la puerta lo primero que vi fue esa figura muy chiquita, casi de mi edad, con vendas y sogas que le colgaban –dijo Pablo–. Me habían dado los trapos para que la limpie.  Y cuando venían los guardias, les pedía que me los cambien para seguir limpiándola.”
Estaban en el último piso del centro clandestino. Hasta entonces, Pablo había permanecido todo el tiempo atado, las manos en la espalda, la venda que al comienzo era un pulóver a esa altura eran algodones apretados con una cinta elástica. Prosigue Pablo, “comía una vez cada tanto, en 90 días se bañó dos veces. Continua con la narración “También cuidé a otras embarazadas” a los que los genocidas las consideraban “Las Joyas de la Abuela”

Recordamos el antes y ahora de esos adolescentes que lucharon y luchan por una Argentina más justa y solidaria.

Red por el Derecho a la Identidad: Nora Ferreyra, Enzo García, Patricia Romero, Andrea Quiroga, Levi Batallanos, entre otros.


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